viernes, 30 de enero de 2009

Asimetrías de información




Hace un par de días en Matasanos se publicó la columna "Estudiar medicina en Chile". Se recogieron un grupo de datos, los más objetivos posibles para comparar las distintas escuelas de medicina de este país. Todo esto en el contexto de que usuarios informados toman mejores decisiones.

Un muy buen libro donde se aborda el temas de las asimetrías de información es "Que gane el más mejor" de Patricio Navia y Eduardo Engel.

Les aprovecho de dejar una columna del segundo autor publicada el 2001, año en el cual Stiglitz recibió el premio nobel de economía por el estudio de este tema.

---------------------------------------------------------------------------------

Premio Nobel y políticas públicas

Las asimetrías de información no sólo justificaron los premios Nobel de este año, sino que también son un elemento clave en el diseño de las políticas públicas.

Eduardo Engel*

¿Por qué la ley establece un período de cinco años durante el cual el vendedor de una casa nueva debe responder por las deficiencias que encuentre el comprador? ¿Por qué proteger a los accionistas minoritarios contribuye al crecimiento? ¿Por qué es importante fiscalizar las instituciones financieras? La respuesta a todas las preguntas anteriores (y muchas más) es "porque hay asimetrías de información". Estas asimetrías se producen cuando el vendedor de un bien o servicio sabe más sobre lo que vende que el comprador, o viceversa. Por ejemplo, en el caso de una casa nueva, la empresa constructora sabe mucho más -v.g., la calidad de las cañerías- que un eventual comprador. O a la inversa, en el caso de un seguro médico, el comprador tiene información sobre sus riesgos de salud -cuánto bebe- que el asegurador no tiene.

El premio Nobel de Economía 2001 fue adjudicado a George Akerlof, Michael Spence y Joseph Stiglitz, por sus estudios sobre cómo las asimetrías de información impactan sobre los mercados.

En el paradigma de competencia perfecta, tanto consumidores como productores tienen toda la información relevante sobre los bienes que intercambian. Bajo este supuesto (y algunos adicionales) la interacción de consumidores y productores llevará a una asignación eficiente de recursos, sin que se justifique la intervención estatal.

Cuando hay asimetrías de información, las cosas pueden cambiar drásticamente. Consideremos, a modo de ejemplo, los automóviles usados (Akerlof, 1971). Hay dos tipos de automóviles usados, aquellos en buen estado y los "cacharros". Estos últimos tienen defectos que los vendedores conocen y los compradores no pueden detectar.

Los dueños de automóviles usados en buen estado están dispuestos a venderlos en cuatro millones de pesos; los dueños de cacharros se contentan con recibir 1,5 millones. Por su parte, los consumidores están dispuestos a pagar hasta cinco millones por un automóvil usado en buen estado y hasta dos millones por un cacharro.

Si los consumidores conocen el tipo de automóvil que están comprando, se venderán tanto los automóviles usados en buen estado como los cacharros. Los primeros a un precio entre 4 y 5 millones de pesos, los segundos a un precio entre 1,5 y 2 millones.

En cambio, si los compradores no pueden determinar la calidad del automóvil que compran, estarán expuestos a vendedores haciendo pasar un cacharro por un automóvil en buen estado. Bajo estas circunstancias, los compradores ya no estarán dispuestos a pagar cinco millones por un automóvil usado, supuestamente en buen estado. Por ejemplo, si la mitad de los automóviles usados son cacharros, no ofrecerán más que 3,5 millones (el promedio entre los cinco millones que están dispuestos a ofrecer por un buen auto usado y los dos millones por un cacharro). Pero quienes tienen automóviles en buen estado no estarán dispuestos a venderlos por ese precio (recordemos que querían cuatro millones). El resultado será que no habrá un mercado para automóviles usados en buen estado, sólo uno para los cacharros.

Obviamente el ejemplo anterior es una alegoría. No es cierto que todos los automóviles usados sean cacharros. Sin embargo, sí es cierto que muchos mercados se desarrollan menos de lo socialmente deseable debido a las asimetrías de información. Esto puede justificar la intervención de la autoridad, como lo ilustran los siguientes dos ejemplos.

El mercado bancario no funciona bien sin regulación estatal, tal como lo ilustra la debacle bancaria de 1982. La autoridad de la época creía que el mercado se haría cargo de los malos bancos, ignorando las formidables asimetrías de información existentes. (Me pregunto cuándo comenzaron a enseñarse las asimetrías de información en Chicago; conjeturo que no antes de 1982). Es prácticamente imposible para un depositante determinar la solidez de la cartera del banco donde deposita sus ahorros. ¿Cómo lo hace para conocer la fracción de créditos que el banco otorga a empresas relacionadas con los dueños del banco? El mercado accionario también es un mercado donde se requiere de regulaciones para que funcione adecuadamente. Hasta hace poco, dichas regulaciones eran claramente insuficientes en Chile, como se desprende de varios casos tristemente célebres donde se pasó a llevar a los minoritarios. Nuevamente, un elemento central para comprender este mercado son las asimetrías de información. Los accionistas controladores y la gerencia de una empresa tienen acceso a mucho más información que los accionistas minoritarios. Cuando usted o yo compramos una acción porque creemos que el precio es bajo, queremos estar seguros de que dicho precio no refleja información que otros tienen y nosotros ignoramos.

Y ahora, la pregunta del millón. ¿En qué mercados justifican las asimetrías de información la intervención de la autoridad? Para responder hay que considerar cada mercado por separado, sopesando los costos sociales de las asimetrías de información con las dificultades que encuentran en la práctica las intervenciones estatales. Algunas de estas dificultades se deben a que la autoridad también enfrenta asimetrías de información, al desconocer información relevante de las empresas del sector. Este tema da para otra columna; por el momento, podemos concluir que las asimetrías de información no sólo justificaron los premios Nobel de este año, sino que también son un elemento clave en el diseño de las políticas públicas.

(*) Profesor de Economía de la Universidad de Yale, eduardo.engel@yale.edu

sábado, 17 de enero de 2009

La falacia numérica y el salto cualitativo


La falacia numérica
Desde un tiempo a esta parte hemos vivido dominados por los números, en salud esto es particularmente frecuente.
Un ejemplo son los indicadores de gestión. Todos sabemos lo importante que es poder tener información para la toma de decisiones, pero tampoco se debe exagerar. A ratos la cantidad y calidad de la información generada termina entorpeciendo más que facilitando el proceso de atención sanitaria.
Es frecuente ver como la dirección de hospitales y consultorios exige a los profesionales de la salud un sinnúmero de metas en un entorno que no siempre facilita su cumplimiento. Es clásico el 6 o hasta 10 pacientes por hora en los consultorios de atención primaria de salud urbana. La mayoría de las veces lo único que esto logra es el temido burn-out. Otro gran problema es que estos indicadores de gestión la mayoría de las veces llevan consigo un enorme trabajo burocrático (mínimo 2 papeles con su respectivo RUT, nombre, edad, sexo, domicilio, historia clínica, teléfono, etc).

El salto cualitativo
La pregunta es como podemos satisfacer las expectativas (atención de calidad y oportuna) sin tener que depender siempre de los números ni quemarnos en el proceso.
Creo que para poder superar esto tenemos que rediseñar como entendemos la organización en salud y buscar una salida más amable tanto para los usuarios como para los profesionales.
La solución (utópica quizás) es desarrollar equipos efectivos, abiertos al diálogo y la crítica, creativos y motivados (no sólo con dinero) que guíen su acción en el valor moral de la labor bien hecha.
El problema es que resulta muy difícil lograr lo anterior en entornos altamente burocráticos, restrictivos y jerárquicos como son los que se dan en la cultura médica (sobretodo en hospitales).

Siguiendo la misma línea les dejo un artículo del New England Journal of Medicine sobre innovaciones en atención primaria.
Innovation in Primary Care — Staying One Step ahead of Burnout

lunes, 12 de enero de 2009

Resultados del EMN

U Católica = 81,32 puntos / 107 alumnos
U del desarrollo = 80,03 puntos / 51 alumnos
U de Chile = 78,58 puntos / 189 alumnos
U de Valparaíso = 78,41 puntos / 48 alumnos
U de Los Andes = 77,46 puntos / 72 alumnos
U Austral = 74,03 puntos / 37 alumnos
U Diego Portales = 73,89 puntos / 38 alumnos
U Mayor = 73,21 puntos / 60 alumnos
U Católica de la Santísima Concepción = 71,88 puntos / 48 alumnos
U de Concepción = 71,03 puntos / 107 alumnos
U de la Frontera = 70,44 puntos / 59 alumnos
U de Santiago = 70,44 puntos / 86 alumnos
U Andrés Bello = 67,52 puntos / 54 alumnos
U de Antofagasta = 67,33 puntos / 83 alumnos
U Finis Terrae = 66,25 puntos / 14 alumnos
U San Sebastián = 63,26 puntos / 80 alumnos
* Titulados en el extranjero = 46,10 puntos / 185 personas

Creo que esto revela varias cosas:
1.- Hay tres o cuatro universidades bien posicionadas a nivel nacional que compiten por los primeros lugares.
2.- Hay universidades privadas bastante responsables en su formación (la mayoría cota 1000), mientras que otras no lo son.
3.- Hay un subgrupo de universidades tradicionales que no han podido mejorar sus puntajes y que son quienes mayormente aportan profesionales a regiones.
4.- Los médicos titulados en el extranjero están muy por debajo del estándar nacional.
5.- Tal como dice el Dr. Beltrán Mena, creador del EMN, esto es una evaluación teórica no práctica. Lamentablemente la realidad dista mucho de los libros. Es cosa de darse una vuelta por el hospital regional de Concepción donde hay 20 pacientes hospitalizados en urgencia sentados o en camilla y a veces hasta la dipirona escasea.

Opinen!

jueves, 8 de enero de 2009

Proyecto FORMAS

Las siguientes son dos presentaciones del proyecto de Formación Médica en Acción Social (FORMAS) en la cual está trabajando en conjunto la Asociación de Estudiantes de Medicina de Chile (ASEMECH), la agrupación de médicos generales de zona (MGZ) y la agrupación de médicos de atención primaria de salud.

Las presentaciones hablan por si solas.

FORMAS (ASEMECH)
Formas
View SlideShare presentation or Upload your own.


FORMAS (MGZ)
FORMAS
View SlideShare presentation or Upload your own.


Dejo también lo publicado en la página de los médicos generales de zona

Colegas EDF:

Nuestra tarea cada día es más difícil, nuestro rol como Médicos rurales es muchas veces silencioso y poco valorado. Nos hacemos escuchar fundamentalmente por el tema becas, nuestra gran preocupación.
Al mismo tiempo al empezar a trabajar nos damos cuenta que nuestra formación dista muchísimo de lo que día a día debemos enfrentar.
Ante esto debemos buscar nuevos aliados, mostrar lo que hacemos y la importancia de este trabajo en los lugares mas aislados de nuestro país.
De esta manera nace una alianza estratégica con ASEMECH (Asociación estudiantes medicina de Chile).
Es así como hemos iniciado el apoyo en el proyecto FORMAS (Programa de formación médica en acción social). Este proyecto busca sensibilizar al estudiante de medicina en lo que a salud comunitaria se refiere.
Para esto nuestra misión es fundamental. Seremos parte de los creadores del proyecto y en nuestros lugares de trabajo supervisaremos este trabajo; de esta manera lograremos la sensibilización del estudiante de medicina en todos los determinantes que influyen en la calidad de vida de la población, intentando llegar a un conocimiento en terreno del famoso enfoque bio psico social.
Es por esto que como directiva nacional MGZ hemos comprometido nuestro apoyo y trabajo en lograr que el proyecto FORMAS se inicie en nuestro país y la calidad técnica de nuestros estudiantes y recién egresados se sume a una calidad valórica y social.
Hemos participado durante este fin de semana en una jornada de trabajo donde los Centros de Estudiantes de Medicina de las escuelas acreditadas y la directiva nacional de los MGZ quisimos sentar las bases del trabajo a realizar.
Expusimos a la audiencia presente con gran éxito nuestra propuesta la cual iremos informando una vez se vaya concretando el proyecto.
El interés por el trabajo MGZ es patente y creciente. Esto nos abre un nuevo grupo de apoyo, que debemos integrar a la visión de la Medicina que queremos.

Dr. Matías Gómez Galarce.
Vice Presidente nacional MGZ

sábado, 3 de enero de 2009

¿Se puede?



Hace algún tiempo se habla de crisis de la salud, y cada vez que se menciona se propone como una de las soluciones mejorar la gestión de las organizaciones.

Para lograr esto se necesita responder distinto, más rápido y mejor. Se hace necesario desarrollar ideas innovadoras que permitan cambiar las cosas que no funcionan del todo bien. Lamentablemente para lograr esto, se requiere de un entorno que no siempre acompaña.

El día de ayer publicaron un artículo en la tercera donde distintos profesionales le ponían nota a la felicidad que le entregaban sus carreras. Los doctores estaban en el grupo que peor calificaban (4,2 promedio, casi rojo!).

¿Se pueden solucionar los problemas crónicos del sector salud, y de paso devolverle la satisfacción a esta profesión?

jueves, 1 de enero de 2009


Estimados:

Feliz año 2009, ojalá se cumplan todas sus metas y propósitos.

En cuanto a la Asociación de Estudiantes de Medicina de Chile (ASEMECH) se viene un año cargado de buenas intenciones y proyectos. Ojalá que todo resulte como nos proponemos.

Saludos!